jueves, 20 de mayo de 2010

Invitación al Foro sobre la deforestación en México, sus causas y acciones para detenerla

26 de Mayo de 2010, Sala Octavio Gudiño, Edificio de Postgrado (B), segundo piso,
Facultad de Economía de la UNAM

El calentamiento global ha sido identificado como uno de los peligros ambientales más importantes que enfrenta la sociedad moderna. La emisión excesiva de los llamados “gases de efecto de invernadero” (GEI) está haciendo que el clima cambie y la temperatura global alcance niveles peligrosos. La mayor parte de las emisiones de gases de efecto de invernadero provienen de la actividad industrial, del transporte, de la generación de energía y de la deforestación.

Para enfrentar este problema, las agencias de gobierno, las universidades y centros de investigación, así como las organizaciones de la sociedad civil, están buscando medidas que sirvan de manera efectiva para reducir las emisiones de los GEI. Dichas medidas deben permitir que se reduzca el consumo de gasolinas y
derivados del petróleo en la industria, en el transporte y en la generación de energía. También deben permitir que se reduzcan las emisiones que genera la eliminación de la cubierta arbolada.

Para identificar las mejores medidas para detener la deforestación y de esta manera contribuir a detener el calentamiento global, la Facultad de Economía de la UNAM, Greenpeace­México y Estudios Rurales y Asesoría, invitan al Foro sobre la Deforestación en México, sus causas y acciones para detenerla, a realizarse el próximo 26 de Mayo en la Facultad de Economía de la UNAM.

El evento se realizará en la Sala Octavio Gudiño del Edificio de Postgrado (B), segundo piso, de la Facultad de Economía de la UNAM y estará abierto a la comunidad universitaria y a los ciudadanos interesados en el tema.

12 de Mayo de 2010

Por la Facultad de Economía de la UNAM:
Eduardo Vega López, Secretario General

Por Greenpeace México:
Héctor Magallón Larson, Coordinador de la Campaña de Bosques

Por Estudios Rurales y Asesoría:
Francisco Chapela Mendoza, Director Ejecutivo


AGENDA:

09:30 Registro de asistentes

10:00 Presentación: El inventario nacional forestal y el proceso de deforestación en México. Octavio Magaña, Gerencia de Inventario Forestal y Geomática, CONAFOR.

10:45 Presentación: Aspectos metodológicos y tendencias del proceso de deforestación en México. Irma Trejo, Instituto de Geografía, UNAM

11:30 Receso

12:00 Presentación: El proceso de deforestación en México. Francisco Chapela, Director Ejecutivo, ERA

12:30 Presentación: Impacto de los programas federales relacionados con el sector forestal mexicano. Eduardo Vega, Secretario General, Facultad de Economía, UNAM

13:30 Receso

15:00 Mesas de trabajo: el proceso de deforestación en México y medidas propuestas para detenerla. Francisco Chapela, Director Ejecutivo, ERA

16:00 Presentación de conclusiones de las mesas

16:30 Finalización del taller: conclusiones generales y pasos a seguir

martes, 18 de mayo de 2010

Sobre Economía Ecológica y contabilidad ambiental

Monday, May 17, 2010 1:05 PM
From: "Abe"

Algo sobre Economía Ecológica y contabilidad ambiental, de Guillermo Foladori, Economista e investigador mexicano, aporta interesantes cifras sobre la contabilidad ambiental y diferencía de manera clara el modelo de Economía verde que se maneja oficialmente y que incluso es promovido por el PNUMA ante la Economía Ecológica que asume la economía como parte de un sistema abierto y que depende de la naturaleza, energia etc, y no solo del valor en terminos de capital. El primero es el capitulo siete del libro "¿Sustentabilidad?, Desacuerdos sobre el Desarrollo Sustentable" -publicado por la Universidad Autónoma de Zacatecas y el segundo un artículo en Co- autoria con Patricia Rivera, también publicado por la UAZ,

Saludos

jueves, 13 de mayo de 2010

Evitar la deforestación - mecanismos de mercado

¿cómo evitar la deforestación?. Algunos expertos con perspectiva económica, han propuesto que se le pague una cantidad de dinero a los dueños de tierras forestales para no desmontarlas. Se supone que esos pagos, llamados "pagos por servicios ambientales" (o PSA), permitirían que los campesinos pensaran dos veces antes de desmontar sus terrenos y que finalmente decidieran conservarlos cubiertos de bosques o selvas, a cambio de seguir recibiendo el PSA. Esta idea está presente en el Protocolo de Kyoto de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, elaborado en Noviembre de 1997. Según el protocolo, cada país tendría derecho a emitir ciertas cantidades de gases de efecto de invernadero. Si necesitaran emitir mayores cantidades, deberían de reducir su consumo de energía contaminante o pagar por que otros países redujeran sus emisiones, por ejemplo, mediante la reforestación y el PSA. El pago a países o a campesinos por no desmontar, sería una de las medidas que permitirían eventualmente reducir hasta en un tercio las emisiones de gases de efecto de invernadero. Los países contaminadores pagarían y los países forestales usarían ese dinero en esquemas de PSA.

Sin embargo, los estudios que muestran que la deforestación tiene más que ver con la forma en que se insertan los dueños de tierras forestales a los mercados, ponen en duda la efectividad del PSA. Desde esa perspectiva, el asunto no es pagar indefinidamente propinas a los campesinos por no hacer nada en sus bosques, sino que las fuerzas del mercado no hagan estragos sobre los ecosistemas forestales, lo cul no tiene mucho que ver con las intenciones de los campesinos individuales por desmontar o no hacerlo.

Sobre este tema, el premio Nóbel de Economía, Joseph Stiglitz, considera que después de la conferencia de Copenhague sobre el clima, ha quedado claro que los líderes del mundo no pudieron traducir a acciones la retórica sobre el calentamiento global. Para Stiglitz, el verdadero fracaso fue que no hubo acuerdo sobre cómo lograr la enorme tarea de salvar el planeta, ni acerca de las reducciones de emisiones de carbono, ni sobre cómo compartir la carga o ayudar a los países en desarrollo.

Esta falla de los políticos, hizo que el precio de los derechos de emisiones en el Sistema de Intercambio de Emisiones de la Unión Europea cayera, reduciendo los incentivos para reducir las emisiones ahora, así como para poner en práctica innovaciones que las reduzcan en el futuro.

Stiglitz sugiere que tal vez sea el momento de intentar otro enfoque: un compromiso por parte de cada país de elevar el precio de las emisiones (a través de un impuesto al carbono o límites para las emisiones) a un nivel acordado de, digamos, 80 dólares por tonelada. Esto no debería implicar aumentos de impuestos, sino una desgravación de otros conceptos por los que actualmente se pagan contribuciones y la creación de un impuesto fuerte a la contaminación. Idelamente, el resultado neto para el contribuyente, debería ser que la carga fiscal no se aumenta. Los países desarrollados podrían usar parte de los ingresos generados para cumplir sus obligaciones de ayudar a los países en desarrollo en términos de adaptación al cambio climático y de compensarlos por mantener bosques, que representan un bien público global debido a que "secuestran” carbono.

Un sistema de impuestos fronterizos –que se aplicarían a las importaciones de países en donde las firmas no tienen que pagar de manera adecuada por las emisiones de carbono- nivelaría el campo de juego y brindaría incentivos económicos y políticos para que los países adoptasen impuestos sobre el carbono o límites a las emisiones. Eso, a su vez, daría incentivos económicos para que las empresas redujeran sus emisiones.

Para el caso de los bosques y selvas de México, la propuesta de Stiglitz tiene implicaciones claras: debería usarse el dinero que actualmente se gasta en el esquema de PSA, no para dar propinas por no hacer nada, sino para dar apoyo técnico y de consolidación institucional a las organizaciones de productores e imponer un impuesto fuerte a las gasolinas y otros combustibles fósiles, para financiar formas "virtuosas" de inserción de esas organizaciones fortalecidas y capacitadas a los mercados internacionales, tomando medidas activas y directas contra la expansión de la ganadería, el desplazamiento de bosques y selvas naturales por plantaciones o sembradíos agro-industriales y a favor de la agricultura orgánica intensiva en las áreas aptas para esa actividad.

¿Sería posible algo así en México?


Referencias:

Protocolo de Kyoto

Ruth DeFries, Thomas Rudel, Maria Uriarte y Matthew Hansen: Deforestation driven by urban population growth and agricultural trade in the twenty-first century, Nature Geoscience 3, 178 - 181 (2010)

Joseph E. Stiglitz: Overcoming the Copenhagen Failure. project-syndicate 2010-01-06


M.C. Francisco Chapela

Director Ejecutivo
Estudios Rurales y Asesoría
http://era-mx.org

teléfono en la Ciudad de México: +52 (55) 8421 8441
teléfono en la Ciudad de Oaxaca: +52 (951) 517 7294
skype: f_chapela

miércoles, 12 de mayo de 2010

Evitar la deforestación - el mercantilismo perverso

Johann von Thünen (1783 – 1850), propuso un modelo que describiría la deforestación o el cambio de áreas silvestres a cultivadas, en función del rendimiento de la tierra, los costos de producción, los precios en el mercado, los costos de flete y la distancia al mercado. A casi dos siglos de distancia, el mercado sigue teniendo una influencia considerable en la dinámica de uso del suelo. Sin embargo del siglo XIX, cuando von Thünen propuso su modelo al siglo XXI, "el mercado" ha cambiado profundamente. Es mucho menos la plaza del pueblo cercano y mucho más el conjunto de transacciones comerciales a nivel internacional. La deforestación en la amazonía (ver el caso de Rondonia), se explica mucho más por la vinculación de los productores al mercado internacional de soya, que por la necesidad de alimentación de los colonos. La sustitución de selvas por plantaciones para biocombustibles en México (ver el caso de Chiapas), tiene mucho más que ver con el mercado internacional que con las necesidades de subsistencia de las comunidades chiapanecas. Las relaciones con el mercado son mucho más fuertes que en el siglo XIX, y pueden ser mucho más perversas.

Sin embargo, también pueden haber relaciones mercantiles virtuosas. Tal es el caso de los que manejan los bosques de alcornoque en el Mediterráneo, que son los proveedores de materia prima para los tapones de corcho de la industria vinícola. La demanda internacional de tapones de corcho, ha mantenido vivos a los silvicultores de bosques de alcornoque y los bosques mismos, manteniendo así un ecosistema importante del Mediterráneo.

La inserción de los dueños de tierras forestales a los mercados, puede tener efectos perversos, si no existen mecanismos sociales o políticos para evitar dichos efectos y promover más bien los efectos virtuosos.

El 7 de Febrero pasado, la revista Nature publicó los resultados de un estudio muy interesante de Ruth S. DeFries, Thomas Rudel, Maria Uriarte y Matthew Hansen (Deforestation driven by urban population growth and agricultural trade in the twenty-first century, Nature Geoscience 3, 178 - 181 (2010)), sobre la dinámica de deforestación en el mundo.

Los autores usaron imágenes de satélite de los años 2000 a 2005 para estimar la pérdida de bosques y selvas e hicieron la correlación de estas estimaciones con factores económicos, agrícolas y demográficos en 41 países en los trópicos húmedos. Otros estudios semejante en el pasado, han tratado de explicar la deforestación como un proceso impulsado por el crecimiento de la población rural, que demanda la apertura de tierras para el cultivo y propicia la deforestación. Normalmente ese tipo de estudios, han dado correlaciones bajas.

Los investigadores en este nuevo estudio, encontraron que entre 2000 y 2005, la pérdida forestal se correlaciona de manera significativa y positiva con el crecimiento de la población urbana y con el aumento en las exportaciones de productos agrícolas. En contraste, no encontraron correlación entre el crecimiento de la población rural y la pérdida de cubierta forestal.

Los resultados obtenidos indican que la deforestación en este inicio del siglo XXI, está impulsada en buena medida por la demanda de productos agrícolas por parte de la población urbana nacional o extranjera, a través del comercio internacional.

Hay una tendencia fuerte de la población en los trópicos a migrar a las ciudades. Sin embargo, los datos del estudio muestran que la migración del campo a la ciudad, no ha reducido, sino aumentado la pérdida de cubierta forestal. Este resultado inesperado, podría explicarse si se considera por ejemplo que la población urbana consume más carne, lo cual demanda más pastizales y más sembradíos de soya para alimentar al ganado. Tal parece que -hasta donde muestran las imágenes de satélite- el hecho de que una familia migre del campo a la ciudad, no inhibe la expansión de la ganadería extensiva ni la expansión de los cultivos y plantaciones agroforestales.

Los autores concluyen/predicen que las políticas para reducir la deforestación en el medio rural no enfrentarán la causa principal de la deforestación en el futuro. Recomiendan que se concentren los esfuerzos en (1) reducir la deforestación asociada a la producción agrícola de escala industrial, orientada a las exportaciones y (2) aumentar los rendimientos en las tierras no-forestales para satisfacer las demandas de productos agrícolas sin presionar a las áreas forestales.


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Referencias de prensa sobre el estudio de DeFries y colaboradores:

AFP: Urban growth, farm exports drive tropical deforestation

MongaBay: Forest conservation via REDD may be ineffective without addressing commodity consumption, trade